Flatgead V8 Racer de Don

Flatgead V8 Racer de Don

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STORY

A Don siempre le habían fascinado los antiguos corredores de pista de los años treinta. Las líneas elegantes y la potencia bruta de aquellas máquinas distaban mucho de los coches modernos que veía en la carretera cada día. Así que decidió construir su propia versión de los corredores clásicos, utilizando un Ford Flathead V8 de 1940 como punto de partida.

Fue un trabajo de amor para Don, que pasó incontables horas buscando las piezas adecuadas en depósitos de chatarra y foros en línea. Encargó a Classic Instruments que hiciera duplicados antiguos de los indicadores, y el tapicero local no tuvo ningún problema en recrear el interior adecuado.

Las ruedas fueron la parte más difícil de encontrar. Don buscó por todas partes hasta que finalmente encontró un juego de viejas ruedas de radios en Texas. Hizo que se las enviaran a su garaje de California, donde pasó horas lijándolas y puliéndolas hasta que brillaron como nuevas.

El pintor era la última pieza del rompecabezas. Don le dio viejas fotos de los corredores de la pista de tabla, y el pintor utilizó su habilidad para recrear el diseño en el coche de Don. El toque final fue el nombre de la empresa de repuestos de Don, que lucía con orgullo en las puertas.

El resultado final fue una belleza. El Ford Flathead Racer de Don parecía sacado directamente de los años 30. El motor rugió a la vida con un rugido gutural, y Don no pudo evitar sonreír mientras lo llevaba a su primera prueba de conducción.

Fue un gran conductor de fin de semana, sin techo, ya que nunca llovió en California. A Don le encantaba salir a carretera abierta, sentir el viento en el pelo y el sol en la cara. Sabía que había construido algo especial, un tributo a una época pasada de las carreras que siempre ocuparía un lugar especial en su corazón.

Y mientras recorría la carretera en su querido bólido, sabía que había logrado algo realmente especial. El Ford Flathead Racer de Don era un testimonio de su pasión por los coches y la historia de las carreras, una obra de amor que apreciaría durante años.